No soy de aquellos tipos que se desvive por vestirse a la moda e ir muy bien arreglado [a decir verdad ni siquiera me peino enserio], me basta con sentirme bien y saber que al menos mi pantalón y mi camisa armonizan, vestir acorde a la ocasión con comodidad y sencillez que es lo importante. Con el baile me sucede lo mismo, solo que en esto soy un caso grave de arritmia: No bailo ni un merengue; primero porque nunca me esmere por aprender, segundo porque mi vida ha ido bien sin moverme mucho en las pistas y tercero: No menos importante, como ya lo dije no tengo ni una pizca de ritmo.
Ser un tronco para el baile no implica detestar el danzar, por el contrario gozo mirando a los que si saben [a ellas especialmente], personas que de una manera para nada estricta desarrollaron habilidades en una actividad socialmente relevante en nuestra muy folclorista cultura, claro que también hay otros que por increíble que suene nacieron con eso, bailan como trompos, y traducen la música al bello lenguaje corporal sin jamas haber recibido una sola lección.