Ética ecológica en la formación humana.

La educación debe ser vista como un factor determinante para el bienestar de la humanidad; pero no solo de ciencias exactas, política, y lenguaje depende el buen vivir de todos, pues cabe recordar que la vida es más que eso. Y dentro de tantas materias que se requieren cursar a lo largo de la vida, aparece una en la que la humanidad como colectivo reprueba con creces: «Ecología»; hemos llevado nuestro planeta al desequilibrio, estamos caminando sobre la cornisa con un vacio de insostenibilidad que asoma por doquier y al que muchos han resignado caer. ¿Y qué decir de la Ética, de los valores, la autonomía? - no es muy diferente lo que sucede con esta materia de la vida; el rumbo parece no estar claro, ni siquiera se le toma en serio, ni se recuerda cual es su razón de ser, su objetivo.
«No debemos detenernos para pensar, podemos avanzar e ir pensando y cambiando lo que estamos haciendo mal con nuestro planeta».

Ética no es sólo un adjetivo para calificar a una persona que es honesta; la ética también es ecología. Es importante saber cómo relacionarnos de la mejor forma con la naturaleza y todo lo que esta contiene, animales, plantas, incluso con las cosas que parecen exánimes [agua, aire, luz...], toda parte que conforme la naturaleza es indispensable para su buen funcionamiento, para mantener el equilibrio del planeta. ¿Y recuerdan quienes dependen de la naturaleza? - ¡así es!, nosotros los humanos. ¿Entonces porque no practicamos también nuestra ética con la naturaleza?, - podemos y debemos ser honestos, respetuosos y actuar con verdadera autonomía al momento de relacionarnos con las plantas, con los animales, incluso con las cosas abióticas. Y si la moral de las personas depende de las normas establecidas culturalmente, por factores externos, debemos fortalecer esas pautas que respectan a la relación Hombre-naturaleza; establezcamos juiciosos severos: sociales y legales. Acusemos y castiguemos de manera vehemente a quienes talan arboles con fines lucrativos y prácticas poco sostenibles, a quienes maltratan los animales y se aprovechan indebidamente de sus condiciones, son estas personas: Asesinos a largo plazo; e iguales de perjudiciales y malvados para la humanidad como alguien que mata a otro.

Pensemos en esto: Si una persona se dedica a talar de forma indiscriminada los arboles de toda una región la amazonia por ejemplo, las repercusiones se empezaran a notar tarde o temprano y todo lo que contenga ese ecosistema morirá, incluso la vida para las personas de la zona terminara por verse afectada y a menos de que muden su hogar, morirían. Acaso el hombre o la organización en cuestión, no parece culpable de intento de homicidio, o incluso llega a ser un ente genocida. No es sólo en las instituciones académicas que la sabiduría colectiva se forja. ¿Acaso reconocemos esto? La educación de la eco-ética debe trascender e impartirse más allá de un colegio o una universidad. Porqué así mismo como se nos enseña a respetar a nuestros semejantes, deberíamos también aprender a respetar todo lo que conforma la naturaleza. Es simple comprender la importancia de respetar el magno ecosistema, - sin la naturaleza no podemos existir; pero a la humanidad se le complica entender lo que parece simple.

[Tocando fibras sensibles] Me pregunto: ¿Alguna persona es capaz de probar la existencia de ese al que llaman Dios? - No falta el que diga que sí, basado en hechos extraordinarios que no es capaz de explicar de forma científica y que entonces se consuela atribuyéndole tales cosas al dios de turno. «Creo que si hay algo superior al hombre, es la naturaleza; es a lo que deberíamos adorar y rendir un culto de respeto incondicional». Los milagros de la naturaleza ocurren a diario y podemos probarlos.

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